15,273... y sumando

  

Esa es la cifra de muertos que según el gobierno de Calderón, mancharon de rojo a México el 2010 a causa del narcotráfico y el crimen organizado. Seguramente se queda corta...

El rojo solo debería representar la sangre derramada por los héroes de la patria...según nuestra bandera, pero es una vergüenza los niveles y los ríos de sangre que corren por mi país.

Es alarmante que el 50% de esa cifra se concentre en tan solo 3 estados: Chihuahua, Tamaulipas y Sinaloa, por la lucha entre cárteles para tomar el control de la droga. Este virus se expande a pasos enormes, y cada día se cobra más víctimas inocentes, lugares donde hace no tanto, se respiraba calma, tranquilidad, dónde podías sentirte seguro se ha convertido en un campo de guerra, lleno de hijos de puta que le roban el sueño a miles de familias con disparos, granadas, ejecuciones, secuestros, robos etc.. una ciudad y un país sin ley.

Sin bien la realidad siempre ha sido la misma, gobiernos corruptos llenos de nepotismo, mordidas, inmundicia desde lo más profundo de sus entrañas políticas. Nuestra historia siempre ha estado marcada por traiciones históricas, traiciones de nuestra misma gente, traiciones al derecho de permanecer unidos. Y lo hemos hecho, México se ha unido ante la tragedia, siempre se une ante el dolor y siempre ha mantenido la alegría característica ante una lluvia de balas... Pero no debe ser así... Esto tiene que parar, no podemos reir con una pistola apuntándonos a la cabeza. Incluso mayor violencia, según las cifras que en Afganistan, Irak o cualquier otro país en guerra.

A veces pienso que es un alivio y una suerte estar lejos de la violencia, pero se llega a convertir en algo frustrante que te llena de rabia el ver como la gente que quieres esta en constante peligro y a la suerte de unos cuantos asesinos que ha decidido imponer su ley, la ley de la muerte. Siempre me he sentido muy orgulloso de mis raíces y ahora más que nunca es cuando debo manifestar la indignación por esta situación que cada vez se vuelve más insostenible, levantarse y decir ALTO... NO MÁS SANGRE.