martes, 29 de marzo de 2011

Un día para sonreir.

Esto de navegar tanto tiempo por las redes sociales te hace descubrir demasiadas cosas, de todo, bueno, malo, agradable, muy desagradable y/o simplemente curioso. Esos detalles que pueden arrancarte una sonrisa y alegrarte un día gris o común sin más. Esas son las cosas que tenemos que agradecer a la tecnología y a todo esta oleada de medios que desgastan los ojos sobre todo a los que pasamos horas y horas frente a un monitor.

¿Mi caso?... encontrarme hace unos días con lo que podría definir como mi primer "amor", no el pasional, no el sexual, ni siquiera el que un  hombre siente por una mujer en edad consciente, solo ese amor que de niño te hace sentir algo dentro y que no sabes como explicar, ese amor que puede ser uno de los más puros que existen donde no esperas nada, donde no hay celos, donde no hay compromisos más que el de sentir con el corazón. De pronto descubres por el maravilloso arte que tiene Facebook para encontrar gente, a esa persona. Primero dudas hasta de el nombre, ( tenía 8 o 9 años cuando eso paso) p después las fotos,... vaya,  casada, parece que con hijos, pero esos ojos "achinados" eran inconfundibles, sin duda era ella. Previo envío de la solicitud de amistad, pude darme el obligado tour de reconocimiento por sus albums de fotos y ahí todo quedo aclarado cuando vi uno con el nombre de nuestro colegio rememorando la última cena de ex alumnos. La verdad fue difícil reconocer a varios, me sonaban más los nombres que las caras, pero mi cabeza poco a poco fue reconstruyendo los recuerdos de esa maravillosa epoca... y ahí estaban algunos de mis ex compañeros de primaria junto a ella... mi "primer amor".




Días después pudimos chatear brevemente y terminamos de aclarar los detalles que la memoria tenía escondidos, me comentó que ella se acordaba mucho de mi y que incluso intento buscarme para esas reuniones, pero claro yo estaba fuera de México y no había forma de encontrarme... por lo menos antes de que existiera Facebook. Me dió mucho gusto re-encontrar esa parte de mi vida que disfrute mucho y de la cual tengo muy buenos recuerdos y sobre todo que exista gente que aun te recuerde después de tantos años...la sonrisa brotó sin duda cuando me dijo... aún conservo ese llavero de unicornio que me regalaste...Como para no hacer sentir bien a alguien.



domingo, 6 de marzo de 2011

Ocho

Según algunas culturas el número 8 significa "engordar", "sobreabundar", también significa la estabilidad debido a sus formas circulares que se juntan para formar una figura sólida y robusta. Sin embargo en cuestión de tiempo, 8 años significa una vida, una vida de cambios, los cambios mas duros, extremos, felices, tristes, alegres, radicales (y miles de adjetivos más) que me he tenido en mi vida. He cruzado el camino de mucha gente y mucha gente se ha cruzado en el mío. Algunas se han ido otras se han quedado, otras me han hecho sentir y vivir lo que jamás imaginé, mundos, realidades, sentimientos, momentos reales y surrealismos que podrían estar en un cuento de ficción. Sin embargo a todas esas personas han dejado algo en mi que me han hecho ser lo que ahora soy.

8 años de haber cambiado mi realidad, mi concreta y segura realidad, por una aventura que se ha convertido en mi vida y que me ha dejado la experiencia más maravilloso para mi, el ser padre. Que me hace cada día ser un poco más feliz, pese a la dura realidad que día a día tenemos que sortear paso a paso. 

Un tiempo que se "ha ido como el agua" rápido, muy rápido, en donde las decisiones eran difícil de tomar bajo esa vorágine, pero que afortunadamente me  deja con la fortaleza de seguir luchando y creando, peleando por estar cerca de lo que más quiero, y tener el tiempo necesario para agradecer a todos los que me han apoyado.

8 años... se dice rápido.